Hoy me encontraba en una clínica esperando mi turno para ser atendido, sin mas nada que hacer miraba a mi alrededor, sin mi celular ni tablet a la mano,me encontraba a merced de mis pensamientos, viendo las personas a mi alrededor y contemplando como es que cada una es un mundo, con sus idas y venidas, con sus altos y bajos, complejo y sencillo a la vez.
Estaba la señora del zapato gracioso, la señora joven que no paraba de hablar por celular, el anciano que reclamaba por la demora en la atención, en fin cada persona con su mundo y forma de ser, con cada vivencia que quizás la haya marcado de una u otra forma.
Pensando en todo esto se me viene a la mente lo que dicen muchas personas, que el primer amor nunca se olvida, que queda grabado para siempre en el corazón. ¿Cuan ciertas pueden ser estas palabras? ¿Será nuestro primer amor, o lo que creemos amor, algo tan imperecedero en nuestra vida?
Corría la década de los 80, Hombres G y Soda Stereo se escuchaban por doquier y Gustavo era un niño que empezaba a entrar en la adolescencia, ansioso por entrar a aquel colegio mixto que siempre veía al pasar, no tanto por querer empezar el año escolar sino por aquel mundo diferente que tenia ante si, hombres y mujeres estudiando juntos en el mismo colegio, en el mismo salón, en la misma carpeta. Gustavo venia de un colegio de varones y la timidez marco sus primeros intentos de relaciones sociales con la contra parte del género.
Eran muchas emociones juntas y el no sabia manejar la situación, las chicas se le apegaban porque no era mal parecido y esto causaba los celos de los otros chicos. De pronto Gustavo descubrió algo nuevo, algo que nunca había experimentado de esa manera, la respiración se le agolpaba, las manos le sudaban y un temblar incontrolable de los nervios faciales, era algo que el no podía manejar, era algo con el cabello ondeado hasta media espalda y unos ojos marrones, unos ojos a los que no podía sostenerle la mirada. Pasaron meses sin cruzar una palabra y en una de tantas formaciones en el patio del plantel escolar, aquella muchacha agraciada a sus ojos, preguntaba por ciertas tareas dejadas por el profesor y nadie sabia darle razón y fue caminando hasta Gustavo, quizás porque este nunca se atrevió a hacerlo, y le hizo una sencilla pregunta señalando el libro: ¿esto ya lo hemos hecho?. Gustavo nunca olvido y creo que nunca olvidará lo que sintió en aquella ocasión, el descubrir cosas nuevas para el, el descubrir sentimientos inexplicados para su joven corazón.
¿Sera que nunca se olvida a quien fue nuestro primer amor? lo que no olvidamos, tal vez, fue la primera vez que llegamos a sentir algo nuevo para nosotros, el primer amor se llega a sentir de muy joven, nunca antes se había experimentado, por eso es nuestro primer amor.
Gustavo pronto se olvido de aquella chica, pero nunca olvidará lo que sintió aquella ocasión ni cuando llegaba al colegio y buscaba entre la multitud aquella mochila roja marca Fila agarrada de unos hombros pequeños y enredada con unos cabellos hasta media espalda...
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